domingo, 21 de septiembre de 2008

EL ORIGEN DE LOS CONSERVATORIOS

A partir de la segunda mitad del siglo XVI , la población de Nápoles comenzó a sufrir gravísimos problemas para asegurar su propia subsistencia.
Los fuertes impuestos establecidos por la dominación española, una serie de malas cosechas, de graves epi­demias de peste, de guerras y erupciones volcánicas, sumieron a millares de familias en la miseria, el hambre y la desesperación.
Resultaba imprescindible hacer algo para aliviar tanto sufrimiento y así fueron creados cuatro orfelinatos destinados a recoger a los niños pobres, huérfanos o abandonados con el propósito de brindarles albergue, comida y una suficiente educación tanto literaria como religiosa.
Si bien una sola de estas instituciones dependía de la Iglesia y las restantes de las au­toridndes de gobierno, todos los primeros maestros fueron de origen eclesiástico.
Ya iniciado el siglo XVII, la creatividad musical adquiere un brillo extraordinario en toda Italia y la Iglesia siente la necesidad de contar con valiosos instrumentistas y can­tantes para sus grandes ceremonias.
Decididos los napolitanos a competir con las otras grandes ciudades de la península en la formación de estos artistas para no ser domina­dos por sus influencias, estos orfelinatos fueron transformados en escuelas de música, de tal calidad, que pronto serían reconocidas como las más prestigiosas.
Era finalidad suprema de estas instituciones, conservar las grandes tradiciones musi­cales italianas y fueron por ello llamadas conservatorios. Esta denominación que sub­siste en nuestros días, ha sido extendida a las escuelas que enseñan el arte escénico.
En un principio, estas instituciones se mantenían gracias a la caridad y los alumnos debían recorrer las calles solicitando limosna. Asimismo en las iglesias se recogían en cestos las dádivas de los fieles. Tambien las actuaciones de los niños en misas, proce­siones, servicios funerarios, etc, significaban una fuente de ingresos, al ser pagas.
Muchas veces mecenas particulares contribuían con dinero o se recibían bienes en he­rencia.
Con el correr del tiempo y ya logrado el prestigio de estos conservatorios, dos grupos bien diferenciados de alumnos se establecieron: los alumnos pagos que pertenecían a familias adineradas o disponían de la protección de alguien que se hacía cargo de sus gastos y los de condición humilde cuyo ingreso gratuito debía ser gestionado especial­mente y no gozaban de ciertos privilegios que se reservaban a quienes pagaban. Los humildes por otra parte, debían comprometerse a colaborar durante varios años en ceremonias y actos diversos a beneficio de los conservatorios como una forma de re­sarcirlos por los gastos que su permanencia ocasionaba.
La disciplina era extremada­mente rígida y los casos de fuga no eran infrecuentes. Dentro del grupo de los pobres, solo los castrados tenían algún privilegio, como el de gozar de una mejor calefacción en invierno, no por una cuestión puramente humanitaria, sino porque era interés de la institución cuidar las voces de quienes se dedicarían al canto.
Resulta conmovedor observar con qué humildad los pequeños castrados solicitaban su admisión. He aquí unos ejemplos extraídos de viejos archivos de la época:
" Giovanni Francesco Pellegrino, eunuco, que canta con voz de contralto, muy modesto servidor de Vuestra Señoría Ilustrísima expone humildemente cómo, después de venír de Lucca para perfeccionarse en la música, desea entrar al Conservatorio Real de la Pietà dei Turchini ..."
"Giuseppe Giuliano, de la tierra de Castelluccia, se postra humildemente a los pies de Sus Señorías Ilustrísimas y les suplica tener a bien admitirle entre los alumnos del Conservatorio Real de Santa María de Loreto, siendo eunuco, con voz de soprano y se compromete a permanecer en el Conservatorio durante diez años...".
Mario Solomonoff

1 comentario:

Gerardo dijo...

Don Marìo me parece muy interesante su blogg. Precisamente estoy haciendo un estudio sobre el origen de la educaciòn musical, precisamente estoy buscando datos sobre el momento en que la guitarra comienza a formar parte de los instrumentos que se estudian en los conservatorios. Le agradezco mucho su aporte. Si gusta puede hechar un vistazo tambien a bis blogg http://elbardodelapalma.blogspot.com/ yhttp://lavidayeloficiodecantar.blogspot.com
Muchas gracias
Gerardo Pujol