jueves, 2 de octubre de 2008

ROSSINI, "VERDUGO" DEL BEL CANTO ?

Cuando en 1814 Rossini se dirigió a Milán para la puesta en escena de su ópera "Aureliano en Palmira", conoció allí al célebre castrado Velluti quien se hallaba entonces en su máximo esplendor vocal y cuyos maravillosos gorgéos habían hecho exclamar al mismo Napoleón : " Es necesario no ser del todo hombres para cantar así !". Rossini no había escuchado antes al notable artista y quedó profundamente admirado luego de la primera prueba, sintiéndose feliz de contar con él como principal intérprete de su obra. Sin embargo, luego de que en las sucesivas pruebas Velluti lograra el total dominio de su parte, comenzó a agregar tal cantidad de gorgéos, trinos, escalas cromáticas y toda suerte de adornos vocales imagibles, en tal forma, que de la música original quedó poco o nada reconocible. Para colmo, sucedió que en ocasión del estreno, todo el gran entusiasmo del público se volcó exclusivamente hacia Velluti y la música del compositor ni siquiera fue considerada.
Rossini sintió una gran amargura, su amor propio quedó muy herido, pero lejos de darse por vencido decidió lo que en adelante significaría el fin de la "improvisación sobre el canto" y en cierto modo del llamado "bel canto". Convencido de que era absolutamente inútil tratar de oponer resistencia al gusto de la época, tomó la decisión de escribir hasta en sus mínimos detalles toda suerte de floreos y ornamentos vocales, asegurándose así de que los que en adelante se hicieran en sus obras, fueran de su exclusiva autoría, los que él mismo considerara de buen gusto y dentro de las reales posibilidades de sus intérpretes. Criticado violentamente por muchos de sus contemporáneos que le llamaron" verdugo del bel canto", logró que una nueva generación de nobles artistas comenzara a tener más respeto por la música de los compositores. Decían sus opositores: "Con la música de Rossini el bel canto ha dejado de existir. Tiempo atrás un cantante debía estudiar siete u ocho años para saber cantar un "largo"; hoy con Rossini los cantantes nacen como hongos".
" La revolución rossiniana - escribía Stendhal - ha matado la originalidad de los cantantes. Están condenados a encontrar todo ya inventado, todo ya escrito en la música que deberán cantar. El famoso "déjenme hacer" adoptado por Rossini para sus cantantes ha producido esto: que no les queda siquiera la facultad de componer una cadencia. ya que tambien esta habrá sido escrita por Rossini a su manera".
Ciertamente, la tradicional "improvvisazione sul canto" llegaba a su fin y nuevos conceptos se establecerían para la lírica.
Mario Solomonoff

No hay comentarios: