domingo, 12 de octubre de 2008

LOS DIVOS DEL SIGLO XIX

Nombres como Rubini, Duprez, Lablache, Moriani, Nourrit, Donzelli, Mario, etc., aparecen en el firmamento de la lírica principalmente a partir de 1830. Se trata de algunos de los máximos intérpretes masculinos de una verdadera década de oro que se extiende desde 1830 hasta 1840.
La noble amplitud sonora del tenor DOMENICO DONZELLI, célebre compañero artístico de la Pasta, inspiró a Bellini quien compuso para él el rol de Pollione de "Norma" y según testimonios de la época, ningún otro tenor pudo entonces superarlo en dicho rol. También fue notable en " Lucia", " Marin Faliero" y en casi todas las primeras óperas verdianas.
NAPOLEONE MORIANI, con características muy distintas como gracia, suavidad en el canto, elegancia y nobleza, fue en ese entonces el verdadero tenor favorito de Verdi si nos atenemos a este comentario del gran maestro : " De tantos artistas que he escuchado, aquellos de los que conservo el culto más devoto y la memoria más querida son la Frezzolini y Moriani".


EL CASO DE NOURRIT

Otro tenor notable por la pureza de su canto fue el francés EDOUARD NOURRIT, cuyo trágico fin conmovería al mundo lírico.
Después de haber creado "Guillermo Tell" de Rossini en Paris, Nourrit había logrado enorme fama y los grandes empresarios se lo disputaban. Sin embargo, desde cierto tiempo atrás el tenor había comenzado a mostrar signos de alguna alteración mental, lo que se agravó tras un frío recibimiento en el teatro de Marsella. Fue entonces que debió ser cuidado por familiares y amigos, dada su manifiesta intención de suicidarse. El drama se desencadenaría en Nápoles en 1839 cuando debió compartir funciones de " Il Giuramento " de Mercadante con el tenor BASADONNA, cantante de hermosa voz y muy querido por los napolitanos. Esta confrontación desanimó a Nourrit, que quiso renunciar, pero la tenaz insistencia del empresario Barbaja, logró convencerfo del grave daño económico que su deserción provocaría y le hizo salir, aunque de muy mala gana, al escenario. El 7 de marzo de 1839 fue muy friamente aplaudido y luego de la función se alejó triste y silenciosamente del teatro. No obstante, cenó con aparente tranquilidad con su familia, pero a las tres y media de la mañana se levantó de su cama para escribir una larga carta dirigida al Encargado de Negocios de Francia. Se acostó nuevamente, pero a las cuatro volvió a levantarse diciendo a su ya intranquila mujer que volvería pronto. Salió de la habitación del hotel donde se hospedaba y una vez en el pasillo abrió una ventana y se arrojó al vacío. Su muerte fue instantánea.






LOS "DO" DE DUPREZ

Desaparecido Nourrit, fue GILBERT-LOUIS DUPREZ el único tenor francés digno de competir con los mejores tenores italianos y quien produciría una verdadera revolución en el arte del canto. Si bien en sus comienzos tenia una voz débil y opaca, logró con el tiempo desarrollar una potencia extraordinaria cantando los recitativos con tal vigor y dramatismo que inmediatamente obtuvo gran celebridad.
Fue el primer auténtico tenor "di forza", que decidió cantar con voz natural - llamada entonces "voz de pecho" para diferenciarla de la voz de falsete - hasta el DO agudo, el que en adelante sería llamado " Do de pecho".
Cuentan que cuando Rossini escuchó a Duprez en su " Guillermo Tell" se echó a llorar. Preguntado por el motivo de ese llanto, respondió: " Lloro porque quienes escucharon esta noche el "Guillermo" cantado por Duprez no podrán escucharlo por otros y Duprez, lamentablemente, no podrá durar mucho".
La triste profecía de Rossini se cumplió y luego de pocos años de carrera en los que abusó de sus medios vocales y sus formidables" do de pecho", Duprez debió retirarse definitivamente. De todos modos, la nueva modalidad quedó impuesta y en adelante el público preferiría siempre el Do con la voz natural, admitiendo el falsete solo como efecto excepcional y considerándolo, fuera de estas excepciones, como una confesión de impotencia.


RUBINI

Si la Pasta y la Malibrán tienen que ser reconocidas como las cantantes más célebres de la primera mitad del siglo XIX, entre los tenores es sin duda GIOVANNI BATTISTA RUBINI quien ostenta tal mérito. Cantante extraordinario si bien con la vieja escuela, su absoluto dominio técnico le permitió mantenerse durante décadas en la cúspide de la fama. Había comenzado cantando en un coro cuando tenía dieciocho años de edad y lejos de ocultar estos comienzos modestos, una vez que un corista le pidió un autógrafo, Rubini ya famoso y rico escribió: Giovanni Battista Rubini, ex corista". Bellini escribió para él" Il Pirata" y luego" La Sonnambula ".
Cantaba con su espléndida voz natural hasta el si bemol agudo y luego pasaba al falsete continuando hasta el fa sobreagudo y aún el sol. Cuentan que el pase de un registro a otro lo hacía con tal perfección, que resultaba practicamente imposible notar el cambio aún estando a su lado. Igualmente, su manejo del aire era tan perfecto y tan notable su dosificación, que nadie podía darse cuenta cuándo interrumpía su extensísimo fiato para respirar. Según testigos de su tiempo, podía suponerse que era capaz de llenar y vaciar sus pulmones casi instantáneamente como se haría con una taza que se vacía con una mano y se llena con la otra. Muerto Velluti, no había ningún otro cantante con una laringe más ágil y flexible que la suya. No había ornamento musical que él no pudiera producir con asombrosa perfección, lo que utilizaba con inteligente sobriedad.
Es famosa sin embargo la anécdota de un percance que le sucedió cantando" El talismán" de Pacini en La Scala de Milán : Después de haber distribuído una docena de excelentes si bemoles, le falló uno, justo en una de sus frases favoritas. Alentado por el público que le adoraba y le gritaba "Un' altra volta" repitió la frase lanzando con toda la fuerza de sus pulmones un si bemol impresionante y recibiendo en premio una descomunal ovación. De regreso a su camarín sintió sin embargo que algo raro le había pasado. El doctor Castil - Blaze llamado rápidamente, pudo constatar que por el impresionante ímpetu con que había cantado la nota, Rubini tenía fracturada la clavícula!
Enterado por el médico de que debería interrumpir por no menos de dos meses su actividad, insistió en terminar los dos actos que faltaban, lo que hizo
magistralmente soportando el dolor.




MARIO

MARIO, fue el simple nombre que adoptó el marqués Giovanni Matteo di Candia para actuar en los teatros líricos.
Nacido en Cagliari en 1810, se le considera con justicia el auténtico sucesor de Rubini, ya que a lo largo de su extensa carrera iniciada en 1838 en París con "Robert le diable" de Meyerbeer y preparado para este debut por el propio autor, ningún otro tenor pudo competir con su supremacía técnica y la exquisita dulzura de su canto.
Tuvo un excelente comportamiento como artista y como persona, y sus actos de generosidad con muchos necesitados, sumados a la poca importancia y cuidado que daba al dinero, motivaron que terminara sus días en la pobreza.
Muy apreciado por todos, fue, según Louise Viardot, hija de Pauline y sobrina de la Malibran, "el auténtico gran señor, digno de su título de marqués de Candia ".
Una curiosidad es que mantuviera una hermosa voz de gran pureza a pesar de ser un fumador empedernido, que durante las representaciones llegaba al extremo de abandonar el escenario cuando la acción se lo permitía, para fumar.
Aunque como se acostumbraba en aquella época, cantó toda clase de roles, aún los dramáticos, tal vez el secreto de su permanencia haya sido que además de poseer una maravillosa técnica, jamás forzaba un sonido para lograr un determinado efecto y cantaba con la misma línea y volúmen tanto " Il trovatore" como " L' elisir d' amore " o " Don Pasquale ".
Compañero inseparable de Giulia Grisi hasta la muerte de esta, continuó cantando hasta 1871, falleciendo en 1883.



TRES GRANDES BARÍTONOS

Resulta imposible por problemas de tiempo, nombrar a todos los grandes cantantes del siglo XIX, y sobre todo dar datos biográficos de cada uno de ellos, pero entre los barítonos es inevitable señalar a TAMBURINI, RONCONI y VARESI.
Poco sabemos de Tamburini, salvo que resulta el primero verdaderamente célebre y que sus dúos con Rubini eran espectaculares.
Giorgio Ronconi fue un caso no solo de voz e interpretación extraordinarias, sino un curioso ejemplo de absoluto dominio de la emoción, al extremo de permitirse licencias increíbles.
Una vez, en Madrid, cantaba la romanza "Bella di sol vestita" de "Maria di Rohan" de Donizetti, de modo tan maravilloso como desgarrador.
Sobre la frase " Fu giusto il cielo che mi puní " con la voz aparentemente rota por el llanto, se le ocurrió imitar los estornudos de un viejo gato que tenía en su casa y su propia ocurrencia le causó tanta hilaridad que tuvo que esforzarse para disimular la risa, mientras todo el público enjugaba lágrimas profundamente conmovido. Se retiró en 1863. Entre varios importantes barítonos de entonces, solo Felice Varesi pudo hasta cierto punto confrontarse con Ronconi. Aunque tenía condiciones vocales e interpretativas similares, su pequeña e ingrata figura contrastaba desfavorablemente con la bella presencia de Ronconi que resultaba más importante en "Maria di Rohan", " I Puritani" y " Lucia di Lammermoor". Sin embargo en " Rigoletto ", escrita para él por Verdi, y aún en " Macbeth ",Varesi fue, según dicen, insuperable. De gran temperamento dramático, cuando ya en 1864 se encontraba sin voz ni fuerzas, lograba todavía un efecto tremendo sobre la cabaletta " Si vendetta, tremenda vendetta ". Comenzaba mirando con ojos terribles el retrato del duque y pronunciaba las primeras frases con voz sorda y sombría, luego hacía un continuo "crescendo" avanzando hacia el borde del escenario para finalmente erguir la deforme figura en una explosión de voz. Según un testigo de la época, muchos, más tarde, trataron de imitar esta actitud, no logrando más que una caricatura de lo que en Varesi resultaba imponente y aterrador.



EL BAJO MAS FAMOSO : LABLACHE

Antes de Rossini no se solía confiar partes importantes de opera seria a la voz de bajo. No porque faltara este tipo de registro ciertamente, sino más bien como consecuencia de las características de los melodramas entonces en boga.
Rossini fue el primer compositor que sintió interés en escribir partes importantes para estas voces y gracias a él surgieron cantantes como GALLI, REMORINI, AMBROSI, ZUCCHELLI pero principalmente el notable LABLACHE !
Nacido en Nápoles en 1794, Luigi Lablache ha quedado en la historia como el más famoso bajo del siglo XIX. Dotado de una voz extraordinaria, de grandes condiciones actorales y una musicalidad excepcional, fue así retratado en el final de un poema que se le dedicara en 1834:
" Flexíbil Genio, ora serio, ora alegre actor
Siempre grande, si canta, o habla, o calla,
Todo es gigantesco en él, salvo el orgullo
Mientras en su clase ocupa el trono."
Lablache era un verdadero ídolo en Rusia y el zar lo trataba como a un amigo.
Al soberano le gustaba pasear solo por la calle en San Petersburgo (costumbre todavía posible en aquellos tiempos), pero era siempre seguido por dos custodios gue tenían orden de arrestar a cualquiera que osara hablarle. Sucedió que una vez durante un paseo, el zar encontrándose con Lablache, hizo seña para que se acercara y conversó con él con la ambilidad de siempre. Apenas se alejó, Lablache fue arrestado y conducido a prisión. Esa misma noche el zar se impacientaba en el Teatro Imperial al ver que no se levantaba el telón a la hora prevista.
- Señor, le dijeron, falta Lablache
- Está enfermo, tal vez?
- No, está perfectamente
- Pero no puede haberse ido si lo he visto hace apenas tres horas.
- Señor.. justamente por eso...
Aclarada la situación, el zar dió orden de liberarlo inmediatamente y terminada la representación de "El barbero de Sevilla" hizo llamar a Lablache preguntándole cómo podía compensarlo por el mal momento vivido.
- Muy simplemente, Señor, - respondió el gran artista- fingiendo no conocerme cuando me encuentre en la calle.


ALGUNAS CONCLUSIONES

Muchos apasionados de la lírica dicen hoy que ya no existen cantantes como Leonard Warren, Jussi Bjoerling, Zinka Milanov o Cesare Siepi. Pero en la época en que estos cantaban, eran extrañados Caruso, Tito Schipa, Tita Ruffo o Fedor Chaliapin y apenas habían comenzado sus carreras estos últimos, cuando el maestro Gino Monaldi concluía tristemente su hermoso libro " Célebres Cantantes del Siglo XIX " con expresiones como : " Los cantantes célebres se han terminado porque se ha terminado la poesía del canto". O la más dramática aún : " Con la muerte del canto una cuerda potente se ha despedazado en la lira del alma humana". Ya antes sin embargo, en 1864, el famoso profesor Francesco Lamperti del Conservatorio de Milán, iniciaba el Prefacio de su "Guía Para El Estudio Del Canto" afirmando : " Es una triste pero innegable verdad que el canto se halla hoy en un estado de deplorable decadencia", y aún antes que él, Manuel García hijo, celebérrimo investigador de la voz humana, hermano de la Malibran y de la Viardot, consideraba como una real desgracia que no se hubieran transmitido más que con documentos incompletos las grandes tradiciones canoras de los siglos XVII y XVIII. Pero acaso el famoso escritor y melómano Sthendal no llegó a decir despectivamente " hoy los cantantes nacen como hongos", cuando esos "hongos" eran la Pasta, la Malibran, la Sontag, Rubini, Nourrit, Duprez, Lablache y tantos otros colosos, añorando tal vez los tiempos de Farinelli,Caffarelli y Velluti?
Podemos entonces deducir que realmente " todo tiempo pasado fue mejor "?
Al menos en lo referente al canto lírico, permítasenos manifestar serias dudas. El sentido común nos hace considerar hoy como una brutal aberración la castración de un niño para dedicarlo al canto, y más allá de la comprensible admiración que despertaban los castrados de antaño, los mismos constituyen en nuestra opinión, el reflejo de una época tanto o más artificiosa que la actual, plagada de lunares pintados y complicadas pelucas. Por otra parte, es evidente que la casi exclusividad que durante un larguísimo período se dió al virtuosismo vocal por encima de cualquier otra consideración, restó al canto lírico la veracidad dramática con que exponen las pasiones humanas los mejores cantantes - actores de la actualidad. Sabemos que grandes figuras del pasado como la Malibran, cambiaban a su antojo y comodidad las tonalidades de las obras que interpretaban, suprimiendo lo que no les agradaba y agregando no solo improvisaciones de su propia cosecha, sino aún partes de otras obras y autores.
El absoluto respeto que hoy generalmente se brinda a las exigencias de las distintas obras, la importancia que se da a la "regie" y escenografía, y la sincera entrega que ofrecen al público los más grandes intérpretes, nos hacen pensar que el canto lírico ha evolucionado para bien y para exaltación de los más nobles valores artísticos.
Mario Solomonoff

1 comentario:

Euterpe dijo...

Saludos. Me clmplace dejarles aquí mi blog musical, que espero que les guste. Asimismo quería regalarles un vídeo de una magnífica interpretación de Adriano Banchieri, a propósito de su mención en este sitio. Ver. Gracias.